miércoles, 11 de noviembre de 2009

Conferencias

Este es el tercer año consecutivo que el Teléfono de la Esperanza organiza en Oviedo un ciclo de conferencias de tres días. No había faltado a ninguna hasta ayer.

En el primer ciclo se proponía reflexionar sobre la felicidad y el sufrimiento. El primer día fue una conferencia que no recuerdo mucho. El segundo fue Luis Rojas Marcos, y tengo que reconocer que ha sido el mejor espectáculo al que he ido últimamente. Bueno, ése y el de Fito y Fitipaldis. Porque las conferencias pueden ser una obra de arte viva, como muy bien sabían en la Atenas clásica cuando la gente prefería oír un discurso de algún sofista que acudir al teatro.
En la charla de D. Luis encontré fluidez, simpatía, conocimiento profundo de la materia que le lleva a hablar de lo que sabe y a callar sobre lo que no sabe, contacto afectivo con el público y, al marcharnos, mirando a la gente, se podía comprobar que ésta salía con un estado de ánimo mucho mejor del que tenía cuando había entrado.

El tercer día también lo recuerdo, pero por lo contrario. La conferencia estaba a cargo de un lama español, es decir, un sacerdote de religión lamaísta o budismo tibetano, pero de aquí, español autóctono. Oye, que nunca había visto yo a un lama tan triste y amargado. Nos dio una tabarra impresionante. Comentándolo con la peña que conozco desde hace itantos años y que había acudido al reclamo de la espiritualidad exótica, volví a sentirme decepcionada; aunque no sé por qué queda en mí un reducto de esperanza cuando hace años me di cuenta que esta gente no piensa nunca por sí misma, no escuchan lo que sienten, su ideología domina totalmente su vida. ¡Les había gustado el deprimente lama cazurro, simplemente porque era un lama! Si llega a salir un cura con sotana, con el careto del lama y a meter miedo y angustia como él, lo habrían apedreado y no digo yo que sin razón…

En fin, igual sigo otro día con el segundo ciclo y con este último de momento, el tercero. Eso sí, me va a faltar la de “El despertar de la conciencia”, la que tocaba ayer, aunque no lo siento nada, pues tengo la conciencia en vigilia permanente.
Si hubiera sido “el descansar de la conciencia insomne” …

4 comentarios:

Pele Ón dijo...

Vivir: la mejor revista que conozco, valiente, sin concesiones, profunda... Como quiero ser yo.
Un abrazo, Venusina.

Ovetdao dijo...

Pele, estamos en onda. Fui a la última conferencia a cargo de Jose María Doria (currículo de esos hinchados) titulada "Construyendo una mente feliz" y ya estoy yo muy mayor y de vuelta para según qué cosas. Ya no aprendo nada en estos sitios, ni de este tipo de personajes; aunque siga teniendo curiosidad por lo que dicen, bufff.

Así que como bien dices, vivir atenta y sencillamente aporta toda la información que necesito.

Un abrazo, rey.

Pele Ón dijo...

La metáfora tenía también doble sentido. "Vivir" es el nombre de la revista que edita la asociación del Teléfono de la Esperanza, no sé si la conoces; es, como te digo, valiente y sincera, y en mi opinión, también ecuánime.

Ovetdao dijo...

Jajjjjaa, "en la misma onda" ¡Anda y que no te habrás partido la caja!

La revista sé que existe, pero no la he visto nunca y claro está, no pillé doble sentido alguno. Uno y gracias :p. Debe estar muuyy bien por lo que cuentas.

El TE desarrolla un servicio social incuestionable. Si no existiera, había que inventarlo (toma topicazo, estoy espesa)

Abrazos -y paciencia porfa!.