jueves, 18 de febrero de 2010

La teoría influye en la observación

Heisenberg dijo: «Lo que observamos no es la naturaleza, sino la naturaleza que se expone a nuestro método de investigación».
Kant, por otra parte, afirma que el noúmeno o ser en sí permanece fuera de nuestro conocimiento ya que sólo podemos conocer gracias a las formas a priori que ordenan el material de las impresiones sensibles.  

Es importante aclarar, para que no haya confusiones, que ni Kant ni Heisenberg se sitúan en un punto de vista psicológico. Ambos hablan del conocimiento mismo o del objeto conocido.
En la mecánica cuántica, esta idea ha quedado formalizada como la «interpretación de Copenhague» de la acción cuántica: «Una función de probabilidad no prescribe cierto acontecimiento, sino que describe un continuo de posibles sucesos hasta que una medición interfiere con el aislamiento del sistema y un solo suceso se actualiza». La interpretación de Copenhague elimina la correlación uno-a-uno entre teoría y realidad, lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que la realidad no exista independientemente del observador, sino que nuestras percepciones de la realidad están influidas por las teorías con las que la examinamos.
Esto es algo que todos hemos experimentado y no necesitamos a Kant ni la física cuántica para verlo por nosotros mismos. Si observemos cómo funcionamos en la vida cotidiana, encontraremos multitud de anécdotas que lo corroboran.
Para poner un ejemplo histórico y bastante documentado: Cuando Colón llegó a América creía que llegaba a Asia. Sabemos que uno de los productos más buscados en su expedición eran las especias, por lo que en cuanto entró en contacto con los indios (también esta denominación es un ejemplo de lo que hablamos) les enseñó canela para decirles que estaba interesado en ella. Entonces estos le mostraron una corteza que olía igual que la canela quedando él convencido de que era canela, cuando no lo era; y así con muchas otras plantas. La teoría decía a Colón que se encontraba en Asia y entonces sus observaciones se lo confirmaban. Hasta ese punto es poderosa la teoría. Pero no hasta el punto de convertir el yarinacu o el ishpingo en canela.

lunes, 8 de febrero de 2010

Mi perro

Hoy hace quince días.

Aún no puedo hablar de ti y de tus once meses a nuestro lado. En casa todos estamos mal y procuramos lanzarnos a la actividad para llenar el vacío que sentimos.

Aún tengo que procesar la culpa por haberte soltado en un sitio poco familiar para ti y que te escaparas. Aún al recordarlo no me sujetan las piernas. Como cuando, corriendo tras de ti gritando tu nombre, oí el horrible ruido de tu cuerpecito chocando con el coche y me tuve que sentar en el suelo.

Tú no eras callejero pero en  nuestro barrio también eras de todos porque todos te querían, especialmente los enfermos y los ancianos. Era imposible no hacerlo. Por eso hoy te dedico esta canción a ti, mi perro.

sábado, 6 de febrero de 2010

Resumidísima historia, aunque no lo parezca, de por qué no puedo con el PSOE y otras aventuras.

Con 12 años entré en Juventudes Comunistas. Allá por el 76 mi hermano mayor estaba en el PC y también de aquella estaba orgulloso de mí, porque siempre he sido medianamente inteligente, que no lista, y guapa. Y muy combativa. En conjunto, una joyita para presumir de ella (ahora es un dirigente del PSOE y por culpa de la puta secta no trata conmigo: la inteligencia y la combatividad ya no le gustan y no me las puede perdonar). Me presentó al grupo heterogéneo que eran los comunistas asturianos y me afilié. La verdad es que lo pasaba muy bien. Entre otras cosas aprendí a cantar La Internacional con el puño derecho en alto y Santa Bárbara bendita a grito pelao, con el corazón conmovido y los puños, no en alto, sino apretados.  Parábamos por una sidrería merendero, con un precioso y enorme jardín, mañana y tarde y, a parte de hacer política, nos divertíamos mucho. Lo dejé pronto porque aquello me empezó a parecer más un club social que otra cosa y muchos de aquellos "jóvenes" querían llevarse a la niña, que todavía era yo, al huerto.

Opté entonces por centrarme en la parroquia, en la que también estaba en un grupo comprometido socialmente y donde además podía vivir mi realidad espiritual. Y aunque en muchos aspectos también era un club social, nadie me quería follar, ni me trataba babeándose como un objeto. En todo caso lo máximo era cortejar y los más atrevidos “hacer el amor” (cursi, sí, pero en la adolescencia bienvenida sea la cursilería). Durante unos años creí que seguía siendo comunista . Aunque ya no iba a mítines, ni a fiestas, ni a pegar carteles y demás actos de partido, sí ejercía como tal donde estuviera, incluida la tolerante y amorosa madre Iglesia.

Luego tuve la enorme suerte de conocer las Comunidades del Arca de Lanza del Vasto que encarnaban lo que para mí era el comunismo (pues sí, lamentablemente era una ignorante total del veneno alienante y totalitario de esta ideología) y mucho más: Lucha no violenta gandhiana a favor de los pobres y los injustamente tratados. Trabajar para no pesar sobre nadie. Romperse la cabeza para no utilizar nunca, en lo posible, el dinero; todo en común, cada uno disponiendo de lo poco que había según sus cargas; amor por la pobreza. Las decisiones por unanimidad; el líder o responsable, elegido también por unanimidad, era el encargado de recoger la basura, limpiar los váteres y la no menos engorrosa tarea de representar a las comunidades en el mundo.  Compromiso con la elección de vida, sea en pareja o celibato.  Espiritualidad y religión libres, aunque, eso sí, no podías ser agnóstico, ni ateo, ni relativista, porque para estar dentro necesitabas ser un sincero “buscador de la verdad” lo cual es contradictorio con estas posturas, y no porque no te admitieran, sino porque rebotabas tú solito. El arte, el estudio, la reflexión. La fiesta como el eje de la vida, con la música, los cantos y las danzas, el teatro, los juegos…, todos vestidos de blanco, pues en la fiesta celebramos que Dios es padre nuestro y madre nuestra y es perfecto. Dieta vegetariana consecuente con la no violencia; salvo embarazadas, niños o enfermos, ayuno un día a la semana, el viernes, para no olvidar a los que no tienen qué comer. Bien, Verdad y Belleza. Paz, Fuerza y Gozo… (En “El Arca tenía por vela una viña” de Lanza viene todo y más recogido). Me casé con veintiuno y fui de viaje de novios hasta Francia a la comunidad madre en una furgoneta 4-L con el suelo roto -no veas qué risa cuando había charcos- donde dormíamos cuando nos pillaba la noche. Pero mi relación con el Arca es otra historia.

El referéndum de la OTAN, aquel que perdimos contra Felipe los "pacifistas", fue un duro aterrizaje después de unos meses de intenso trabajo con todos los medios de comunicación en contra, vendidos como estaban y están al poder. Aunque reconozco que nunca me había gustado el PSOE, desde entonces tuve muy claro que con esta gente no voy “ni a pañar duros” como decíamos en Asturias,  “ni a coger pesetas”, en español. Aquella sucia campaña del SÍ demostró de forma definitiva quién eran y quién siguen siendo: lo peor que se puede ser en la vida, unos tibios.

Tengo muchísimas historias tristes que contar de la secta porque gracias al MEC he vivido en algunas villas, pequeñas ciudades y tres comunidades autónomas diferentes. Nunca me ha tocado una gobernada por IU; sí por el PP y por el PSOE, cómo no. Y aunque al principio me daba mucha vergüenza reconocerlo -venimos de una dictadura de “derechas” y eso se paga- ahora ya no: Siempre he visto a gente viviendo más libremente y yo he sido más libre en las gobernadas por el PP. Y la libertad es igual que el aire que necesitamos para respirar. Es lo que nos permite ser seres humanos, no sólo animales (que son maravillosos siendo lo que son según su propia y admirable naturaleza) que es lo que ellos quieren.

Y ya la última que armaron, esta ya personal y no social, fue asesinarme civilmente cuando por fin pude regresar a Asturias. Yo no soy tan importante como Pepe el Ferreiro, pero sí lo suficiente, nunca lo hubiera creído, para que vinieran a por mí. Simplemente tengo la importancia de un ser humano al que no pueden comprar con dinero, ni engañar con sus mentiras, ni dominar por el victimismo y el miedo.
 “A los tibios los vomitaré de mi boca” dice el Señor. Lo entiendo perfectamente, son asquerosos. Así que tengo la esperanza de perderlos de vista muy pronto, porque en la otra vida segurísimo que no me los tropezaré.

Aquí va una rareza musical, Nacho Vegas cantando Santa Bárbara Bendita en la sala Bikini

 

jueves, 4 de febrero de 2010

Romería con alegría


Con la que está cayendo en España, política, económica y socialmente, he encontrado un motivo de alegría: Zapatero se va de romería con Obama (después, dicen los bien informados, va a ir de incógnito a Lourdes) y nadie se plantea que no pueda volver. Vamos, que cuando lo intente, pues que no lo dejen entrar en España. Si miramos nuestro pasado lejano y cercano, y no sólo el nuestro, esto es una señal de que vivimos en un sólido sistema político. Y eso me ha alegrado el día.




lunes, 1 de febrero de 2010

SWINGER O INTERCAMBIO DE PAREJA: ¿TERAPIA O PATOLOGÍA SEXUAL?


Los swingers son grupos pequeños de personas que tienen un conjunto de afinidades  -nivel socio cultural y económico, aspecto físico y estético, además de sus fantasías y necesidades de apoyo social de apego- que practican el intercambio de parejas. Se concibe como un derecho, como una opción a la rutina sexual y como una solución al aburrimiento sexual entre las parejas.
Si los psicólogos y los psiquiatras hablaran dirían que las personas que han practicado la modalidad swinger tienen siempre serios trastornos de la personalidad tales como: desviaciones sexuales, paranoias de comparación y pérdida del contacto con la realidad. Los actores de estas alienantes prácticas deben pasar por un verdadero sufrimiento para poder volver a tener una estabilidad mental medianamente aceptable, la cual no siempre, claro está, se logra. Me referiré a algunos elementos (pocos, porque son innumerables) que intervienen en el proceso patológico que acompaña a esta modalidad.

1.- ENAMORAMIENTO
Es casi imposible que en la dinámica de intercambios de parejas en algún momento dado dos miembros del grupo no se lleguen a "enamorar", surgiendo de esta forma las comparaciones entre una pareja (la “formal” ¡ja!) y la otra. Es importante aclarar que cuando hablo de "enamoramiento" no estoy hablando de amor verdadero, pues el enamoramiento está basado sólo en una atracción física-pasional enmarcada en una satisfacción sexual recíproca.
La característica básica de estas parejas está en que uno o los dos "swingers" han permanecido ligados a la figura de un progenitor que no dio un buen afecto parental (aunque no hayan convivido nunca o lo hayan hecho escasamente o intermitentemente) y transfieren los sentimientos y expectativas que una vez tuvieron con el padre y/o la madre hacia otras personas. Tales sujetos, por adultos o exitosos que sean, no han podido superar el patrón de relación infantil y aspiran a repetirlo en sus exigencias afectivas y sexuales, decidiendo de esta forma ser parte de un grupo "swinger" para seguir teniendo en donde proyectar sus exigencias.
Está por demás aclarar que en una "cadena swinger" el enamoramiento es uno de los eslabones más débiles, por el rompimiento del grupo y del aparente equilibrio emocional prometido, pues después del enamoramiento entre dos o más miembros del grupo, sobrevienen celos, dudas, desconfianzas, engaños, confrontaciones, separaciones, divorcios y desintegración de la familia. Y sin el enamoramiento también, para qué nos vamos a tragar su propaganda.

2.- LA PÉRDIDA DEL SENTIMIENTO DE PERTENENCIA
Para entender mejor este problema debemos remontarnos a la edad temprana del niño, en la cual empieza a conocer lo que es parte de él, como su cuerpo, piernas, manos, dedos, etc. Cuando el recién nacido se mueve, no sabe si es el mundo el que se mueve o es él, con el paso de los meses el niño empieza a tomar conciencia de lo que es él y lo que está fuera de él. Es así como en su infancia el niño necesita su espacio, su papá, su mamá, sus juguetes, su habitación, etc.
En pocas palabras el niño necesita saber lo que es de él y lo que no es de él. Si el niño crece sin saber lo que le pertenece y lo que no, va a desarrollar serios problemas de la personalidad: falta de identidad, inseguridad y un deseo desmedido de satisfacción inmediata y gratificación rápida. No es de extrañar que miembros del "grupo swinger" presenten un cuadro clínico de inseguridad y falta de identidad real, pues aunque hayan tenido una posición económica buena en su familia, por lo regular sus padres se desentendieron de ellos, faltándoles de esta forma un sentimiento de pertenencia.
En la edad adulta el cónyuge es la persona, a parte de uno mismo, que más representa nuestro sentimiento de identidad, (mi esposo- mi esposa, mi novi@, mi parej@. No hay que olvidar que la identidad propia se construye en contacto con el tú, con los otros en general, somos "animales sociales").
En las parejas "swingers" muchas veces uno de los cónyuges convence al otro para participar y aunque éste tenga un buen sentimiento de pertenencia, en el momento de compartir su esposo o esposa se desarrollará un vacio de pertenencia sembrándose en su inconsciente un sentimiento destructivo hacia el otro, pues su sentido de pertenencia ha sido seriamente agredido (aunque hayan estado de acuerdo). Es por eso que en la inmensa mayoría de casos se plantean la pregunta de si vale la pena seguir casados, seguir trabajando por metas en común, etc., y secretamente abrigan la idea de que una pareja que se atreve a compartirse es porque no se ama en realidad.

PERFIL PSICOLÓGICO DEL SWINGER

1.- HOSTILIDAD HACIA EL SEXO CONTRARIO: por lo regular se trata de personas que han tenido una mala relación con el progenitor del sexo contrario y en el fondo no pueden sentir amor por las personas del otro sexo, más bien el sentimiento que tienen es odio camuflado, afán de dominio y explotación.

2.- BAJA TOLERANCIA A LAS RESPONSABILIDADES: como el trabajo. También la falta de voluntad para aceptar la responsabilidad paternal puede conducir a experimentar nuevas experiencias sexuales como un medio de evasión o destrucción de dicho compromiso familiar.

3.- PERSONALIDAD ADICTIVA: alcohol, drogas, comida, relaciones adictivas-autodestructivas con cualquier persona,  sustancia o práctica.

En fin, es muy gracioso buscar información sobre este tema y encontrar que todo son parabienes (propaganda). Somos muy modernos y además nos justificamos, cágate lorito, con que esta práctica es tan antigua como la humanidad. También lo son el infanticidio, la guerra, las violaciones, la tortura, la explotación…, podríamos seguir ad infinitum con la lista de cosas antiquísimas que son de lo más inhumanas y alienantes. ¡Qué asco de manipulación de las conciencias!

jueves, 21 de enero de 2010

Terap.t.s.

Hoy abundan l@s terapeutas, los cursillos y los talleres psicológicos, de tendencia occidental, oriental y del mundo exótico en general. Parece que hay numerosas personas con hipocondría sentimental o psicológica, que creen que les falta algo y que eso que les falta se lo van a dar estos personajes o actividades.

Muchos de estos  “terapeutas” son sacacuartos del tipo vendedores de crecepelo. La mayoría son como los alcohólicos que no salen del bar y deciden poner ellos a su vez un bar para seguir eternamente en ese circo. Pero ganando dinero, no pagando por las copas. Decididamente son gente con serios problemas mentales que se ponen a "ayudar" a personas normales a las que desgracian.

Si tu carácter es de tendencia perfeccionista, o estás pasando un mal momento de esos que todos tenemos, en cuanto te despistas y te estornuda encima un nueva era  de éstos al pasar, te coges de todo: problemas con los padres, los hijos, la pareja, los amigos, el trabajo, los vecinos, el dinero, la salud… Te ponen la lupa y toma veneno:

- Estás mal, a ti te iba a venir muy bien ir a terapia con…, asistir al taller de…, apuntarte al centro…

- Pues sí, ahora que me fijo, sí que estoy mal. ¡Tengo problemas en todo y con todo!

Date por j….. Ya te inoculó la “Hipocondria de estás lleno de problemas psicológicos”. Ya eres un nuevo cliente adepto.

Estaría bien que alguien tomara cartas en este asunto y lo mismo que el Estado vigila para que no ejerzan  la medicina personas sin formación garantizada por unos estudios académicos homologados, debería también vigilar para que esta auténtica pandemia que sufrimos con todos estos personajillos, que lo único que buscan es ganarse la vida a costa del sufrimiento ajeno, acabe ya de una vez.

Animo a denunciarlos. Lo primero, destrozan vidas y familias. Lo segundo, todo es ilegal, no tienen formación, ni código deontológico, ni colegio del cual ser expulsados. Tercero, todo es dinero negro, no pagan un duro a hacienda ni a ninguna administración pública (robándonos a todos con ello).

Una iniciativa de este tipo es la que se tomó para que el ejercicio de la homeopatía sólo fuera realizado por médicos. Ya hoy en España es ilegal abrir una consulta de homeopatía o recetar estos medicamentos si no eres médico. Lo mismo debería pasar con quienes se autodenominan "terapeutas" o una cursilada semejante: Debería estar perseguido si no se es psicólogo o psiquiatra. Y así con todo.

Denunciemos a esta nueva casta sacerdotal, uno de los signos evidentes de la decadencia de esta época  alienada.

Y si quieres una terapia que funcione para algún problema verdaderamente serio, aquí tienes una en cinco minutos. Garantizada.

sábado, 9 de enero de 2010
















Este año está nevando como pocas veces. En Oviedo no suele nevar y si nieva no cuaja.

Me gusta ver la nieve desde casa, calentita y contenta ante tanta belleza. No me gusta “ir a la nieve”. Y hace unos días he caído en la cuenta de porqué no me gusta: Es fruto de la esmerada educación que mi madre me procuró en la infancia.

Después de algunos inviernos sin ver trapear, estaba nevando por fin. Uno de mis hermanos y yo, los pequeños de la casa, empezamos a pedir a mi madre que nos llevara al Naranco, al monte que preside Oviedo. Se lo pedíamos, cómo no, como los niños saben demandar las cosas que realmente desean, como mandatos encubiertos en forma de súplicas insistentes que conviene obedecer a la primera.

A la primera no fue, pero acabó animándose la niña que seguía siendo, o eso parecía, y nos encaminamos al Naranco, por suerte muy cerca de nuestra casa. Íbamos con manoplas de lana, botas normales y creo que sin gorros, muy bien equipados para disfrutar el momento en plenitud. Llegamos al prado que más nos gustó y allí que nos metimos a correr, tirarnos bolas y revolcarnos a gusto pero, al cabo de muy poco tiempo, el dolor en las manos, los pies y las orejas era insoportable. Nos marchamos rápidamente y llegamos a casa aguantándonos las ganas de llorar de dolor. Cuando se empezaron a calentar las extremidades, la lección fue completa. Y las risas de mi madre nos transmitían que su alegría por cómo había ido todo también lo era.

Tengo pues que agradecerle a ella esa primera experiencia que me "vacunó" contra la nieve. Ahora, pasado el tiempo y vistos los frutos,  no sé si pensar que lo hizo conscientemente, dentro de un plan meticulosamente organizado, para evitar en el futuro una incómoda afición de sus hijos por un medio tan inhóspito y peligroso.

Bien mirado, es parecido a lo que hizo el padre de Paco cuando lo pilló fumando con sólo diez años. Fue con él a comprar cinco paquetes de tabaco, volvieron a casa rápidamente, se encerraron en el baño y le obligó a fumar sin parar hasta que vomitó varias veces. Cuando a Paco ya le parecía que lo siguiente que sucedería era su muerte por intoxicación, con dos paquetes y medio de tabaco entre pecho y espalda, su padre lo dejó irse para la cama. Paco, claro, no volvió a fumar.

lunes, 4 de enero de 2010

Lectores


Este cartel está colocado en la cristalera de una cafetería que está en mi hábitat. Creo que se lee, aunque es foto de móvil, pero por si acaso dice:

Todo cliente que pase más de 15 mim. (?) leyendo el periódico de la casa deberá leerlo en voz alta para los que están en lista de espera.

Desde que han colgado el cartelito, lo que pasa en este tranquilo -hasta ahora- local es que hay tortas para ver quién se hace primero con el periódico y se pasa del tiempo permitido de lectura privada. Por lo visto algunos, nunca es tarde, han descubierto el gran placer que supone tener un público que les haga caso.